El Taller

Pasión y mirada

Pintar, dibujar, grabar

Procesos en permanente movimiento

Tres principios, como la esencia de un poema, definen El Taller creado por Rodrigo Isaza, –pintor, grabador, escultor–, para estimular en los asistentes, artistas en ciernes o con trayectoria, la pasión por descubrir aquello que en el fuero interno de cada uno está al origen de sueños, deseos, ideas, y expresarlo en el lenguaje que el arte propone: líneas, colores, texturas.

El Taller estimula la búsqueda, la investigación, el experimento, incluso el error que con el aprendizaje de la técnica se convierte en valor motriz de la expresión plástica de cada estudiante. El Taller, es un camino que inicia y no termina. Así son los senderos por donde el arte circula, interminables, y quizá lo más estimulante es que en cada curva del camino un nuevo reto, un estímulo inesperado aparece, en apariencia aun más inalcanzable, sin embargo, es necesario enfrentarlo con los útiles del arte que, aparte de la técnica, son mezcla sin fin de imaginación y pasión.

El Museo MAJA presenta en esta exposición algunos apartes del recorrido, de los procesos, de artistas que todas las semanas asisten a El Taller donde Rodrigo Isaza, el maestro, estimula, insinúa, conversa con cada uno hasta abordar el discurso que el arte propone y lleva a comprender el mundo de formas, colores, trazos y sensaciones que nos rodea.

 

Saúl Álvarez Lara

SERES 

SERIALES

Male Correa

 

«No es que lo pasado arroje luz sobre lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que imagen es aquello en donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora en una constelación». 

Walter Benjamin, Obra de los pasajes

Toda imagen trae en sí su propia vía de acceso, cada detalle nos da pistas para abarcar en pensamiento y memoria una emoción, una forma particular de sentir y de interpretar. Seres seriales propicia un encuentro honesto con la autora, quien revela incluso aquello que usualmente se oculta. En la construcción visual que Male Correa hace de su memoria, la introspección se balancea de las entrañas hacia afuera: una sucesión de representaciones que sugieren al espectador la mirada genuina de quien se puede ver a los ojos  frente al espejo. Cada técnica que domina la artista determina considerablemente el aporte que hace a su obra: un conocimiento que concede total libertad y consciencia de sus creaciones. 

 

Seres seriales captura con un sugerente hipnotismo la intimidad que se devela apaciblemente en cada retrato. Abraza la sombra y crea en esta una propia forma de enriquecer lo simbólico, concede un secreto sin palabras, pero convertido en imagen. Una serie autorreferencial que se sumerge en una búsqueda cuya importancia radica más en su forma de suceder que en el hallazgo definitivo, de ahí su carácter serial, su auténtica búsqueda por descubrir en cada representación un sentido propio. Esta es una obra que reúne un testimonio íntimo de la niña, la mujer, la hermana, la gemela. 

LAS FORMAS 

DEL SILENCIO 

Oscar Ciro

Se conoce bien la importancia que tiene la representación de la naturaleza en la tradición del arte, esta está sometida a un riguroso trabajo que compromete el interés del artista en su ejecución. En esta obra dicha relación entre naturaleza y artista  se une a la historia de toda una vida, y se articula, de una manera armónica, con el objeto tridimensional, que para Oscar ha tenido siempre un interés fundamental.

La obra escultórica de Oscar Ciro explora diferentes temáticas y técnicas, y en ellas la naturaleza cobra un protagonismo especial, elementos como la piedra, el bronce o la fibra de vidrio, entre otros, determinan la búsqueda presente en la singularidad que cada material aporta al carácter de las obras.

Las formas del silencio conforman una unidad que se expresa con naturalidad y constituyen un conjunto que dialoga en el silencio de su diversidad. La naturaleza que el artista deja ver, hace del silencio una quietud envolvente, un observar detenido ante la serenidad. El silencio de las formas alcanza al espectador y lo conduce hacia el umbral de otro silencio que es posible escuchar envuelto entre las formas de la naturaleza transformada.

ESPACIO EN ESPERA

John J. Bedoya

«Si hay un aspecto infinito del espacio, no es su expansión sino su reducción, aunque solo sea porque ésta, por raro que parezca, siempre es más coherente. Está mejor estructurada y tiene más nombres: célula, armario empotrado, tumba».

Joseph Brodsky, Menos que uno, 1987

Todo espacio habitado por lo humano es una construcción de sentidos posible por la relación con el entorno y con las formas de ser y estar en el mundo. 

Pensar la intimidad es crear el espacio que acoge la existencia humana y la resguarda. Una casa puede ser el mundo, una habitación puede ser el universo en donde se instala lo más genuino de lo humano: el desmantelamiento de las máscaras, el deseo, el silencio, el sueño, la memoria y el olvido. 

John Jader amplía un espectro de la intimidad  y el asombro ante el paisaje que crea la aparente discreción de sus obras. Con un entramado de formas, luces y sombras, quien observa es testigo de un acontecimiento que se desplaza por cada una de las composiciones. El artista crea un espacio que no simula la intimidad, sino que  lleva al espectador a ser parte de ella. 

Espacio en espera resguarda en sí un paisaje indescifrable que sabe revelarse sin pretensiones y con naturalidad, un paisaje que es el tiempo suspendido ante la vida que se aferra al espacio íntimo. Es un paisaje donde su naturaleza feroz y cautivante abraza con desbordante e impasible ímpetu.

LOS DÍAS BUENOS

Nicolás Chacón

«Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba.

Disfruta las cosas buenas que tiene la vida».

René Touzet

La cerámica ocupó un lugar fundamental en las prácticas cotidianas de nuestros antepasados. Esta tradición ancestral ligada a valores asociados a su uso cotidiano, ceremonial y artístico.  

En Colombia gran parte del patrimonio arqueológico se sustenta en infinidad de piezas que dan cuenta de una auténtica diversidad ancestral. A este patrimonio, se suman artistas que han encontrado en la cerámica un medio para descubrir un lenguaje, habitarlo y fusionarlo con sus múltiples formas. 

Nicolás Chacón es autor de una destacada obra en cerámica. En ella  cada objeto establece, con múltiples significados, una forma de comprender y celebrar la existencia Los días buenos exalta, con pasión y dominio técnico de la cerámica, interpretaciones que parten de su propia originalidad. Chacón celebra la cotidianidad con sus colores y formas, y cautiva al espectador  con el carácter divertido, consciente, inteligente y cotidiano de su trabajo. 

Cotidianidad y carácter están en el origen de obras que proponen perspectivas renovadas sobre la tradición de la cerámica, además de integrar la cultura popular en piezas únicas.

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